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P. José Luis de Menezes: Rescatando de la esclavitud de la adicción en Brasil

El P. José Luis de Menezes, líder de las Fazendas da Esperança, comparte con Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) los orígenes de esta red de centros de rehabilitación y su conexión con la fundación pontificia, que se mantiene hasta hoy.

“Nuestras comunidades se dedican a recuperar la dignidad de las personas atrapadas en la adicción”, explica el P. José Luis durante su visita a la sede internacional de ACN. La palabra “dignidad” resuena constantemente en sus palabras, un concepto que, en este contexto, afirma, es esencialmente cristiano. «Vemos a todos como hijos de Dios”, añade. “Acogemos a personas que lo han perdido todo, incluidas las relaciones con sus familias, y trabajamos para restaurar esos vínculos. En muchos casos, hemos logrado sanar esas relaciones”.

La expansión de las Fazendas da Esperança

Las Fazendas da Esperança se fundaron en Brasil en 1983 y actualmente operan en 27 países, gestionando 170 comunidades que ofrecen una segunda oportunidad a alrededor de 4.500 personas que buscan liberarse de la adicción. En sus cuatro décadas de existencia, cerca de 100.000 personas han recibido ayuda a través de esta red, que fue fundada por el religioso Fray Hans Stapel.

Un enfoque espiritual para superar la adicción

Desde su fundación, el enfoque de las Fazendas ha sido integral, combinando apoyo práctico y una dimensión espiritual profunda. “Muchas de las personas que llegan a nosotros han perdido su propósito de vida y se han alejado de Dios”, señala el P. José Luis. “Mediante la oración y el Evangelio, les ayudamos a recuperar esa conexión espiritual, lo que les da la fuerza para reconstruir sus vidas. Este despertar espiritual es clave para que puedan comenzar de nuevo”.

Un legado de fe y esperanza

El P. José Luis preside la Familia de Esperanza, una organización que coordina las Fazendas y otros grupos de apoyo familiar. Este movimiento incluye voluntarios laicos, sacerdotes, religiosos e incluso obispos retirados que se dedican plenamente a ayudar a personas en situación de adicción. “El alma de la Fazenda es la Familia de Esperanza”, afirma. Además, destaca la labor de un monasterio de monjas clarisas que rezan exclusivamente por la misión, algo que considera esencial para el crecimiento y fruto del movimiento.

Entre los frutos de este esfuerzo están las vocaciones surgidas en las comunidades. Dimitri, uno de los seminaristas actuales, es un ejemplo de cómo la rehabilitación espiritual y personal transforma vidas. “Dimitri solía ser punk y consumía drogas, pero tras tocar fondo, pidió ayuda y se rehabilitó con nosotros. Luego, trabajó como voluntario en Guatemala y decidió que quería ser sacerdote para servir al proyecto”, comparte el P. José Luis.

Ayuda y compromiso voluntario: La clave del éxito

En las Fazendas, la rehabilitación siempre es voluntaria. “No obligamos a nadie a entrar en tratamiento. Lo primero es que la persona debe pedir ayuda libremente, y luego le pedimos que escriba una carta comprometiéndose con el programa”, explica el P. José Luis. Este enfoque garantiza una mayor tasa de éxito y compromiso por parte de los participantes.

Consejos para los familiares de personas con adicciones

El P. José Luis aconseja a los familiares de personas que sufren adicciones que busquen ayuda externa. “Pueden encontrar apoyo en la Iglesia o en sus parroquias. Existen muchas organizaciones, además de la nuestra, que ofrecen solidaridad y ayuda”, asegura. Resalta la importancia de acompañarse de personas que ya han pasado por esta experiencia, para evitar el riesgo de codependencia que puede arrastrar a las familias. “Con el apoyo adecuado, es posible rescatar a tus seres queridos”, concluye.

Ayuda a las Fazendas da Esperança a seguir transformando vidas

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