» TESTIMONIO | LA IGLESIA EN CUBA
Transmisores de la Buena Noticia a un pueblo con hambre y sed de Dios en Cuba
Después de más de 500 años de haber conocido la fe, hoy esta Iglesia sigue anunciando a Jesucristo contra todo pronóstico. Te presentamos a algunos miembros de esta Iglesia, para que les pongas cara, ojos y corazón.
Después de más de 500 años de haber conocido la fe, hoy esta Iglesia sigue anunciando a Jesucristo contra todo pronóstico. Te presentamos a algunos miembros de esta Iglesia, para que les pongas cara, ojos y corazón.
Esta Iglesia cubana encarna la frase de que para Dios nada hay imposible.
En la diócesis de Santiago, el P. Adriano, a sus 74 años, se ocupa de 17 comunidades rurales; el P. Leandro, párroco rural, sale a diario al encuentro de su gente para anunciar a Jesucristo. Celebra Misa a la sombra de un árbol de mango, en el portal de una casa, tras recorrer kilómetros por caminos de tierra en camioneta, carreta, bicicleta o a pie…
Su misión es llevar a Cristo a todos lo rincones de la isla, pero tu ayuda es fundamental para que esta misión se siga realizando. Sacerdotes, religiosa y miles de laicos trabajan cada día incansablemente para llevar el evangelio, pero necesitan medios para realizar su misión.
Conoce más sobre la labor que hacen:
Así es la Iglesia en Cuba, valiente y necesitada
En la isla hay constituidas 11 diócesis. Cada una de ellas, con el gran desafío de la escasez de sacerdotes y de vocaciones. Sin embargo, los 374 presbíteros que hay actualmente en Cuba son ejemplo del buen pastor que por nada del mundo descuida a sus ovejas. Sobrepasando los impedimentos del día a día llegan hasta las zonas más inaccesibles, para celebrar la fiesta de la Eucaristía, para acompañar pero también para dar a conocer ese primer anuncio a quienes buscan un sentido a su vida.
› Religiosos en Cuba, transmisores de la fe puerta a puerta
Sacerdotes y religiosos/as
Las religiosas y los religiosos presentes en Cuba son pieza clave de una Iglesia en salida para proclamar el Evangelio. 118 congregaciones e institutos forman parte de la Iglesia cubana. En su mayoría son misioneros procedentes de otros países donde han dejado todo para servir en ese pequeño archipiélago del Caribe. Su esfuerzo y su entrega suponen la transmisión de la fe puerta a puerta, bautizando, impartiendo catequesis, celebrando la Palabra y visitando a los enfermos, a los ancianos y a las familias.
Es el caso de la Hna. María Jesús Miranda, religiosa Sierva de María en La Habana. Desde hace 76 años se entrega en cuerpo y alma a los cubanos. Fue una de las pocas religiosas que permaneció en Cuba después de la Revolución.
“Vine muy jovencita, tenía 19 años. Llevo aquí 76. Los 39 primeros años estuve cuidando enfermos. Estoy feliz de haberme quedado. Los cubanos son gente muy generosa y muy buena. He sido también maestra de novicias, mostrando a las jóvenes la gracia de ser consagradas y servir como Jesús lo hizo. Ahora me ocupo más de repartir medicamentos, ropa, todas la mañana damos un panecito con algo dentro a unos cuantos pobres. Voy a cumplir 96 años”.
La Hna. María Jesús Miranda dirige estas palabras a todas las personas generosas como tú que, a través de Ayuda a la Iglesia Necesitada, sostenéis a la Iglesia en Cuba y en tantos otros países del mundo. “Sois muy buenos ayudando a esta iglesia necesitada, súper necesitada que estamos en estos momentos. Gracias por todo, los queremos de corazón y rezamos mucho para que prosperéis y para que podáis seguir ayudando a mucha gente que lo necesita”
› Laicos, discípulos y misioneros
Los laicos cubanos constituyen la presencia de Dios allí donde los miembros del clero pocas veces pueden llegar. Las “casas de misión”, el diaconado permanente, los catequistas, quienes preparan la Eucaristía, son ejemplos de la vocación y el compromiso eclesial. Ellos son el sostén de una Iglesia que se reinventa ante la migración de muchos de sus fieles. Por eso no se cansa de formar a los futuros líderes y de enviarlos como instrumentos de Dios para anunciar la Verdad.
Los fieles comprometidos no se rinden a pesar de las dificultades.
Luis Ramírez, de Ciego de Ávila, responsable de la pastoral carcelaria a nivel nacional y diocesano, ha sido un ejemplo de fiel comprometido. Falleció a principios de julio de 2024, después de haber ayudado durante años a muchos presos a reencontrarse con Dios. Luis impartía un curso de formación de Biblia a unos 80 reclusos y a algunos familiares de ellos. Los benefactores de ACN le proporcionasteis las biblias para llevar a cabo los cursos.
En una ocasión Luis contaba a Ayuda a la Iglesia Necesitada: “La prisión daña mucho. Las familias son a veces de lugares muy lejanos y no les pueden ir a visitar. Están muy solos. Ha habido conversiones preciosas, como la de un prisionero que después de 30 años en prisión se sintió amado por Dios. Dios me ha elegido para evangelizar en la prisión, a pesar de las dificultades en la cárcel, la gente es sensible al mensaje de Dios”.
“Tengo que andar 3 kilómetros y medio para llegar a la prisión, muchas a veces a pie porque no tengo medio de transporte, pero intento llevar conmigo siempre alguna cosa a los presos”, nos decía. “A algunos también les ayudamos cuando salen de prisión. Recuerdo un hombre que, con 73 años, salió de prisión después de 17 años y no tenía donde ir”.