Ref. Proyecto: ID 233-04-masses
› La brecha a combatir
En Paraguay, la Iglesia es la única institución que goza de credibilidad en un país donde las grandes dificultades económicas y políticas parece que no merman. La brecha entre ricos y pobres es cada vez mayor y mucha gente de las zonas rurales, que carecen de perspectivas de futuro, toman una dura decisión y emigran a las ciudades, donde, por lo general, las mejoras que esperan en condiciones de vida no pasan de ser un sueño. Por otro lado, tampoco es inusual que esta población rural sea ahuyentada para hacer sitio a los grandes terratenientes.
Gracias a Dios, la fe de la mayoría de esta gente está tradicionalmente muy arraigada.
El 90 % de los aproximadamente 5 millones de habitantes de Paraguay son católicos.
A diferencia de su vecino Brasil y de otros países latinoamericanos, las sectas no tienen buena consideración.
Sin embargo, la Iglesia aquí es pobre y la buena voluntad de la gente no es suficiente, depende en gran medida de la ayuda del extranjero para obtener los recursos que se necesitan para llevar a cabo la labor pastoral y de evangelización. Los Franciscanos es una de las muchas congregaciones religiosas que llevan años ayudando al país. Están presentes en Paraguay desde hace 67 años y, actualmente, hay allí 44 religiosos de los cuales 20 son sacerdotes. Los Franciscanos trabajan en 8 parroquias, 4 escuelas y han creado 5 centros para niños de la calle en los que atienden a unos 500 niños y niñas que no tienen hogar y de los que nadie más se ocupa.
El Padre Miguel Ángel Cáceres, Provincial de los Franciscanos, nos escribe:
“Estamos muy contentos con nuestra labor pastoral, que Dios siempre ha bendecido en abundancia. Queremos seguir así, pero la cosecha es grande y los trabajadores, pocos”.
El Provincial nos agradece especialmente los 8.040 € en estipendios de Misas, donados por los benefactores de Ayuda a la Iglesia Necesitada, con los que pudimos apoyar el año pasado a estos 20 sacerdotes de la orden en Paraguay. Las intenciones de Misas no solo benefician a los propios sacerdotes, sino que también se utilizan para la educación de los jóvenes que se están preparando para ser futuros religiosos.
¡Dios se lo pague a todos los que han contribuido a ello!
Tu donación se destinará a este proyecto o proyectos similares.