Virgen de la Caridad del Cobre: Historia y Devoción en Cuba

Virgen de la Caridad del Cobre: patrona de Cuba y símbolo de fe

La Virgen de la Caridad del Cobre, con el Niño Jesús en brazos, nos evoca a mantener siempre viva nuestra fe, con la mirada fija en Jesús. Brinda esperanza a quienes más lo necesitan, católicos y no católicos. Pero la Iglesia en Cuba se enfrenta a enormes desafíos que requieren tu ayuda. Solos no pueden.

Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, también llamada Caridad del Cobre o Cachita es la patrona de los cubanos y una de las devociones marianas más antiguas de América Latina. La Iglesia católica celebra su festividad el 8 de septiembre, día de la Natividad de la Virgen María. Su imagen se venera hoy en la basílica santuario nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, en Santiago de Cuba.

Su historia se remonta a 1612 cuando tres niños pescadores Juan Moreno y los hermanos Juan y Rodrigo de Hoyos encontraron su imagen flotando en el mar, cerca de la bahía de Nipe, en el oriente de Cuba. La imagen era una pequeña talla de madera cubierta por un manto azul y blanco, con el Niño Jesús en brazos y una cruz. En la base de la imagen se podía leer la inscripción: «Yo soy la Virgen de la Caridad».

Los pescadores llevaron la imagen a su casa y después a la ermita del poblado minero del cobre donde empezó a ser venerada por los habitantes de la zona. Pronto se difundió su fama de milagrosa y se le atribuyeron favores y curaciones. El 8 de septiembre de 1927 se erigió el santuario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, para acogerla en Santiago de Cuba, hasta nuestros días.

La Virgen de la Caridad del Cobre fue proclamada por el Papa Benedicto XV en 1916. La imagen fue coronada canónicamente por el Papa Pío XI el 30 de diciembre de 1936. Posteriormente, en un viaje realizado por Juan Pablo II a Cuba en 1998, coronó con gran dignidad a la Virgen como patrona de Cuba. Benedicto XVI le otorgó el 26 de marzo de 2012 la Rosa de Oro de la Cristiandad, con motivo del aniversario de la aparición de la imagen el 1612. El Papa Francisco en su visita a Cuba en septiembre de 2015, y con motivo de los cien años de la consagración de Cuba a la Virgen de la Caridad del Cobre, decretó el Año Santo de la Misericordia.

Entre los milagros más destacados, está el de la niña ciega que recobró la vista al tocar su manto; el del esclavo que escapó de sus cadenas al invocar su nombre, y el del soldado que sobrevivió a una herida mortal al llevar la imagen de la Virgen de la Caridad sobre el pecho. O el rescate de un niño, secuestrado por piratas, que pudo regresar a su casa, supuestamente, por la intervención de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre.

La Virgen de la Caridad del Cobre, que se venera desde hace ya más de 400 años, es una devoción que une a los cubanos como ninguna otra cosa parece ser capaz de hacerlo. Las diferencias políticas se desdibujan ante ella. Es también un símbolo de cubanía, que refleja la identidad mestiza y diversa de los cubanos.

Gracias a la devoción a la Virgen de la Caridad del Cobre y al apoyo de generosos donantes, la Iglesia en Cuba ha podido llevar el mensaje de esperanza a las comunidades más necesitadas.

Tu ayuda es esencial para que este milagro continúe.

Cada 8 de septiembre, día en que la Iglesia celebra la Natividad de la Virgen María, Cuba se viste de gala para celebrar a su santa patrona. También la Iglesia en el resto de Latinoamérica y en España recuerdan a la Virgen de la Caridad del Cobre, Madre de tantos emigrantes.

Las calles de Cuba se visten con el amarillo de telas y de girasoles, una de las ofrendas más demandadas en torno al 8 de septiembre, para celebrar a la Virgen de la Caridad del Cobre. El girasol es la flor representativa de esta advocación mariana ya que Ella al igual que el girasol, que se vuelve hacia el sol continuamente, nunca deja de tener a Jesús como centro de su mirada y atención. La Virgen de la Caridad del Cobre que en sus brazos sostiene al Niño Jesús, nos evoca también a mantener siempre nuestra mirada fija en Jesús. De ahí la máxima: “A Jesús por María”.

Santa María de la Caridad, que viniste como mensajera de paz, flotando sobre el mar.
Tú eres la Madre de todos los cubanos.

A ti acudimos, Santa Madre de Dios,
para honrarte con nuestro amor de hijos.
En tu corazón de Madre ponemos nuestras ansias y esperanzas
nuestros afanes y nuestras súplicas:

Por la Patria desgarrada,
para que entre todos construyamos la paz y la concordia.

Por las familias, para que vivan la fidelidad y el amor.
Por los niños, para que crezcan sanos corporal y espiritualmente.

Por los jóvenes para que afirmen su fe
y su responsabilidad en la vida y en lo que da sentido a la vida.

Por los enfermos y marginados,
por los que sufren en soledad,
por los que están lejos de la Patria,
y por todos los que sufren en su corazón.

Por la Iglesia cubana y su misión evangelizadora;
por los sacerdotes y diáconos; religiosos y laicos.

Por la victoria de la justicia y del amor en nuestro pueblo.

¡Madre de la Caridad, bajo tu amparo nos acogemos!
¡Bendita tú entre todas las mujeres
y bendito Jesús, el fruto de tu vientre!

A Él la gloria y el poder, por los siglos de los siglos. AMÉN.

Padrenuestro, tres Avemarías y un Gloria.

Bajo la mirada de Dios y la intercesión de la Virgen de la Caridad del Cobre, la Iglesia en Cuba trata de reinventarse ante las dificultades. Pero necesita la ayuda de personas generosas y comprometidas como tú.

Cuba es el país del mundo con menor número de sacerdotes por feligresía. Son pocos y no dan abasto. El papel de las religiosas, los laicos y los diáconos permanentes allí es imprescindible. Ante la escasez de templos, los católicos se reúnen en casas particulares a rezar en comunidad. Cada uno aporta lo que puede a cada celebración: uno las velas, otro las sillas, una familia viste la mesa que les sirve de altar… Los diáconos celebran sacramentos y tratan de llegar donde los sacerdotes no alcanzan.

Pero todos necesitan tu ayuda para su sostenimiento; para recibir formación y disponer de material para las catequesis de niños, jóvenes y mayores; para contar con vehículos y carburante que les permita llevar la Palabra de Dios hasta el último rincón.

Todos se sienten misioneros, llamados a dar testimonio de Jesús en todo momento y lugar. Nada es imposible para la Iglesia necesitada en Cuba. Cuentan con la mejor intercesora orante, la Virgen de la Caridad del Cobre, y también contigo, para hacer frente a todas las necesidades que se les presentan en su misión de expandir el Reino de Dios.

Cómo ayudar a la Iglesia en Cuba a través de donativos

Material catequético, imprescindible para la evangelización en Cuba
Formación y sostenimiento del clero
Trabajo pastoral de los laicos

Dona ahora y ayuda a la Iglesia en Cuba a seguir llevando la luz de la Virgen de la Caridad del Cobre a quienes más lo necesitan.

El Credo de los Apóstoles

La oración del Credo, es el pilar de la fe cristiana donde se expresa en 12 partes las creencias fundamentales de la Fe Católica. Desde la afirmación de Dios como Creador hasta la esperanza en la vida eterna, cada parte representa un aspecto crucial de nuestra fe. Rezar el Credo nos afirma en nuestra fe, y fortalece nuestra relación con Dios. Esta oración se suele rezar después de la homilía en las Misas en los domingo y fiestas de guardar.

Amén.

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