Vehículos para sanar almas en Burkina Faso
El padre Kisito Konate atiende una parroquia con un radio de más de 50 kilómetros que recorre andando para llegar a sus fieles. La iglesia de Burkina Faso necesita vehículos para llevar a cabo su pastoral con los desplazados
ACN.- El P. Kisito Konate es el párroco de la iglesia de San José en Burkina Faso. Esta parroquia abarca un territorio con un radio de más de 50 kilómetros y cuenta con catorce filiales. También preside la Comisión de la Familia de la Diócesis de Nouna. El P. Konate es además el secretario general de la Pastoral familiar de la Conferencia Episcopal conjunta de Burkina Faso y el país vecino de Níger. Todas estas responsabilidades implican que este sacerdote debe desplazarse frecuentemente y por grandes distancias.
Uno de los grandes desafíos de la pastoral en Burkina Faso es el de la movilidad geográfica. La violencia terrorista en el país ha devastado carreteras, puentes y vías de comunicación, por lo que para los sacerdotes, religiosas y catequistas moverse por las diócesis se ha convertido en una tarea difícil y arriesgada. Durante su camino, los religiosos se convierten en objetivo fácil para los grupos terroristas que asolan la región.
El padre Kisito cuenta a Ayuda a la Iglesia Necesitada que le preocupa el hecho de que también en su país las familias entren cada vez más frecuentemente en crisis, y que aumente exponencialmente el número de niñas embarazadas. “En la ciudad, casi cada familia numerosa cuenta con una niña que ya es madre, y cada año son más”, explica el párroco Konate. Esto provoca heridas psicológicas en las niñas abandonadas, problemas en la familia y un mayor riesgo de pobreza y malas perspectivas de futuro tanto para las jóvenes madres como para sus hijos. “La Iglesia debe encontrar la manera de solucionar estos problemas”, dice. “También Jesucristo, el Hijo de Dios, vivió con María y José en una familia humana. Cuando se promueve a la familia se trabaja en aras de un mundo mejor”.
Para prestar su servicio, el párroco tiene que recorrer largos caminos. Y como él son muchos más los sacerdotes, las religiosas y los catequistas que necesitan vehículos u otros medios de transporte para seguir llevando adelante la labor pastoral en Burkina Faso. Por eso la Iglesia burkinesa nos pide ayuda para la compra de coches y motos con los que poder acceder, de forma segura, a los rincones más apartados del país. Así la Palabra de consuelo del Señor podrá seguir llegando a quienes más lo necesitan.
IGLESIA PERSEGUIDA:
Contigo la Iglesia en Burkina Faso no se rinde