La Iglesia sana las heridas físicas y psicológicas, llevando la esperanza a los enfermos

ACN.- Ayuda a la Iglesia Necesitada acaba de lanzar la campaña “Tu ayuda, su esperanza” con la que quiere peregrinar junto a la Iglesia universal durante este Año Jubilar 2025. Entre los proyectos de apoyo pastoral a la Iglesia, se encuentra la ayuda concreta en el ámbito de la pastoral de la salud. Miles de religiosos, religiosas, sacerdotes y laicos en el mundo, están comprometidos a llevar la esperanza a los que sufren cualquier tipo de enfermedad, o herida física o psicológica.

Algunos proyectos de apoyo son nuevas iniciativas eclesiales antes situaciones difíciles, como los casos de secuestros y ataques en el norte de Nigeria. Es el caso del «Trauma Center» en la diócesis de Maiduguri, uno de los lugares que más está sufriendo el embate yihadista. Son incontables las congregaciones y obras que la Iglesia lleva a cabo alrededor del mundo para asistir a los enfermos, no sólo cristianos. Pero su labor va mucho más allá: ayudar a la sanación física y acompañar al alma que sufre en su camino de dolor hacia la esperanza en Cristo. En muchos lugares la devastación provocada por las guerras llega a tal punto que, incluso una vez terminados, la Iglesia tiene que ayudar a los enfermos a conseguir medicinas, tratamientos e incluso de centros hospitalarios donde ser atendidos.

Auténticas madres y hermanas

Las Hermanas Basilianas son una de las comunidades religiosas más importantes de Ucrania. Forman parte de la Iglesia greco-católica, y han jugado un papel fundamental en la preservación de la fe y la tradición en tiempos de adversidad. A lo largo de las décadas, han sido el pilar maternal de la Iglesia, brindando apoyo en áreas esenciales como la educación, la atención a los enfermos y la asistencia a los más necesitados. Su presencia en guarderías, hospitales, escuelas y comunidades de fe ha sido incalculable, y su trabajo diario sigue siendo una manifestación de devoción y servicio a Dios y a los demás.

Esta congregación religiosa es la mayor de Ucrania, con 165 hermanas distribuidas en 19 monasterios dentro del país y tres fuera de él. Entre estas mujeres, 149 han emitido votos perpetuos y un número significativo de ellas dedica su vida a labores en la educación y la catequesis. A pesar de las dificultades, las hermanas siguen siendo consejeras espirituales de grupos juveniles, demostrando que la labor religiosa no tiene fronteras ni límites de edad.

Sin embargo, la situación de las hermanas es cada vez más difícil. Muchas de ellas sufren enfermedades crónicas, y debido a su avanzada edad, requieren cuidados médicos constantes. Durante la pandemia, las hermanas continuaron su trabajo en medio de la crisis sanitaria, aunque algunas de las más ancianas perdieron la vida a causa del covid, y otras siguen luchando contra secuelas graves. La guerra en Ucrania ha exacerbado aún más las dificultades económicas y sociales de las hermanas. El Papa Francisco dice en la bula convocatoria del Jubileo de la Esperanza «Spes non confundit»: “Cuidar de los enfermos es un himno a la dignidad humana, un canto de esperanza que requiere acciones concertadas por toda la sociedad” (nº11).

En este contexto, el testimonio de Sor Olga Lajun, quien celebra 104 años de vida, refleja el espíritu de resistencia y fe de las Hermanas Basilianas: «quiero seguir ayudando en lo que haga falta, aunque con mi edad lo que más puedo aportar es mi oración y confianza en Dios». Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) continúa brindando apoyo a estas mujeres valientes, ayudando cada año con una contribución económica a la subsistencia de 56 hermanas, esta ayuda se destina a sostener los cuidados médicos de las más mayores y enfermas. La vida de estas religiosas es una lección constante de sacrificio y devoción. Sostenerlas es una manera de devolver algo de lo mucho que ellas han dado.