Cuba posee el ratio de fieles por sacerdote más alto del mundo: su misión no se detiene pese a las dificultades
Son tan solo 370 en todo el país, pero llegan hasta las zonas más inaccesibles para acompañar, cuidar a los fieles, dar esperanza y anunciar la Palabra de Dios
ACN.- A la sombra de un árbol de mango, en el portal de una casa de madera, después de recorrer varios kilómetros por caminos de tierra, adentrándose en el corazón rural de Cuba, en camioneta, carreta, bicicleta o simplemente andando. Los sacerdotes de Cuba anuncian a Jesucristo así, contra viento y marea. Uno de ellos es el padre Leandro, párroco rural en la comunidad de San José Obrero, en la diócesis de Santiago de Cuba.
Cada día el joven sacerdote visita las pequeñas comunidades que se reúnen no en una iglesia de cuatro paredes, sino en casas particulares como la de Mayelin, laica de su comunidad. Hasta allí acuden también los fieles de otros caseríos de los alrededores. No son miles, ni cientos, son apenas un puñado de 12 personas, pero para la Iglesia cubana, cada alma cuenta y los sacerdotes acompañan y cuidan a sus fieles estén donde estén. Y este es solo un ejemplo de lo sucede habitualmente en muchas parroquias del país.
21.000 fieles por cada sacerdote
En Cuba apenas hay unos 370 presbíteros repartidos en las 11 diócesis constituidas en la isla. La fotografía de su Iglesia está marcada por el mayor ratio de católicos por sacerdotes en el mundo: 20.872 fieles por cada uno. Perseverar en medio de tales circunstancias implica mucho sacrificio y esfuerzo. Por eso los sacerdotes necesitan ser sostenidos materialmente. Las intenciones de misas que reciben son imprescindibles para ellos, muchos sobreviven con ello, pero también las casullas, los nacimientos de Navidad, los óleos… han sido aportes de ACN.
Los presbíteros representan literalmente la llegada de la Buena Noticia y su llegada es un privilegio para la comunidad que celebra la eucaristía como el momento más importante y de mayor alegría. Además de compartir la palabra de Dios de manera sencilla y cercana, los curas invitan a los fieles a mirar su realidad a través de ella. Así lo hace el padre italiano Adriano Valagussa, quién hace 7 años dejó todo en Milán para irse a Cuba a ayudar. A sus 74 años se ocupa de 17 comunidades rurales en la diócesis de Santiago de Cuba.
Un sacerdote de Cuba celebra la eucaristía en el portal de una casa. (ACN)
No hay límites desde la fe
El cansancio físico es grande, “cuando a las 20:30 h de la noche regreso, estoy agotado, mi día comienza a las 6 de la mañana. ¿Cómo venzo mi cansancio? Viviendo el día con fe, porque por dentro no estoy cansado. La gente solo ve los límites pero con los ojos de la fe se ve distinto. La fe me da ánimo y fortaleza.”
El padre Adriano vive su ministerio con la premisa de transmitir a su fieles que la fe debe traspasar cada momento de la vida y no los sentimientos. “La gente nos quiere mucho y eso también me da mucha fuerza. Aunque es importante transmitir que no todo es cuestión de sentimientos, hay que unir la fe y la razón. Eso me parece importante. Hay que ver la vida con la mirada de la fe y ahí, en ese momento, la vida se convierte en vocación”.
Estos son los pastores de la Iglesia en Cuba. Una Iglesia cien por cien evangélica y misionera que sigue encontrando también espacios para unir a los cubanos, para la reconciliación y la esperanza. Para ellos nada es imposible si se trata de llevar a Jesús con la bendita intercesión de la Virgen de la Caridad.
Para hacer frente a las necesidades de la Iglesia cubana, Ayuda a la Iglesia Necesitada acaba de lanzar una campaña para ayudar a su sostenimiento y que, de esta forma, los sacerdotes, religiosas y laicos puedan llevar la Buena Noticia del Evangelio a todos los rincones de la Isla.
Actualidad sobre la Iglesia necesitada y perseguida
