Sudán del Sur: «Si me encuentro con el Papa, le daré las gracias por traernos esperanza»
La hermana Beta Almendra, misionera comboniana en Sudán del Sur, apenas puede ocultar su emoción ante la visita del Papa Francisco
ACN, Paulo Aido.- La hermana Beta Almendra es portuguesa y misionera comboniana en Sudán del Sur. En un mensaje enviado a la oficina nacional de Ayuda a la Iglesia Necesitada en Portugal, explica que ya está en camino para recorrer los 800 km que separan Wau de la capital, Juba. Va a participar, junto con un grupo de su parroquia, en la visita del Papa Francisco a Sudán del Sur, del 3 al 5 de febrero. Por suerte, dice, es la estación seca, lo que facilita las cosas, ya que las carreteras de tierra serán más fáciles de conducir.
«Estamos de camino a Juba. Estamos muy contentos de prepararnos para recibir al Papa. Viajamos en convoy y tardaremos dos días en llegar a Juba. Estamos bien preparados», afirma.
Esta visita es un hito en la historia del país más joven de la tierra, un país que no obtuvo su independencia hasta 2011. Nadie quiere quedarse fuera, explica la hermana Beta. «Todo el mundo está muy atento a las noticias, las expectativas son altas, hay mucha alegría y esperanza. Mucha esperanza!».
«Los que viajan a Juba quieren participar, quieren ver al Papa y rezar con los demás cristianos, y los que se quedaron lo seguirán por radio, o televisión, si pueden. No quieren perderse nada de lo que ocurra durante estos días tan importantes para Sudán del Sur».
La paz aún no es una realidad
El Papa Francisco viaja a Sudán del Sur con un mensaje de unidad y de paz, vital para un país dividido entre lealtades tribales y que ha estado en guerra durante la mayor parte de los últimos 50 años, incluida la década posterior a la independencia.
«Los combates continúan en algunas partes del país, la paz aún no es una realidad. Es algo que estamos intentando conseguir, y por eso el Papa viene en esta peregrinación, junto con otros líderes cristianos. Vienen a pedir, vienen a promover el diálogo para que la paz sea una realidad concreta, que hay que conquistar poco a poco», subraya la religiosa portuguesa.
En este sentido, añade que si tiene la suerte de intercambiar unas palabras con el Papa, sabe lo que le dirá. «Lo primero que haré será darle las gracias. Gracias por venir a Sudán del Sur a visitar a esta gente, a rezar con nosotros y a darnos una esperanza real, en nombre de toda la Iglesia y del mundo. Es bueno saber que estamos unidos, que estamos juntos, y que esta es una Iglesia sinodal que camina unida, y en la que las personas se ayudan mutuamente para alcanzar sus objetivos.»