¡Gracias! Apoyar a los centros educativos católicos es garantizar la presencia de cristianos en el país
Cuando el P. Hanna Kanaan, de la Sociedad del Divino Salvador, convocó una reunión con todas las familias de los alumnos matriculados en el Foyer de La Providence en Sidón, Líbano, los padres se temieron lo peor. El Foyer es la única institución de sus características en el sur del país. Alberga orfanato, una escuela para niños con necesidades especiales, una escuela de formación profesional y un centro de formación para profesores de otras partes del país.
Los gastos para la formación escolar allí de un niño con discapacidad asciende a 6.000 euros al año. Desde el principio la Sociedad del Divino Pastor se hizo cargo de un tercio de este importe por niño. El resto corría a cargo de cada familia.
Pero la grave crisis económica que atraviesa el país dificulta seriamente las cosas hasta el punto de que muchos padres ya no pueden hacer frente a los gastos de escolaridad de sus hijos.
Sin embargo, lo que los salvatorianos comunicaron a los padres durante la reunión, supuso una grata sorpresa. “Sí, la situación es muy mala, les dijimos; pero garantizamos que nunca cerraremos la escuela; todo lo contrario: seguiremos ayudando a las familias. Esto les tranquilizó mucho. No se expulsará a ningún alumno por no poder abonar las tasas escolares”, comenta el P. Hanna.
A los profesores también se les ha dado seguridad. “Durante estos tres años, no se ha despedido a nadie por falta de dinero. Para los profesionales especialmente formados que se ocupan de los niños discapacitados, hemos duplicado los salarios y también les pagamos los gastos de viaje”, explica el sacerdote.
Por supuesto, el dinero tiene que salir de algún sitio. Los benefactores de Ayuda a la Iglesia Necesitada han asumido el coste de los salarios de los profesores y la compra de combustible para el generador de electricidad.
El Foyer de la Providence es una de las 19 escuelas católicas de formación profesional en Líbano que reciben esta ayuda de ACN. Estos centros son importantes porque ofrecen oportunidades a los estudiantes y porque garantizan la presencia cristiana en la región.
“No sabemos cuánto tiempo podremos sobrevivir aquí pero si se cerrara la escuela, entonces sí que ya no habría nada que nos retuviera”.
El personal de la escuela es casi exclusivamente cristiano, mientras que los alumnos son en su mayoría, musulmanes o drusos. El P. Hanna ve esto como una oportunidad: “Nuestro centro está abierto a todos, pues una de nuestras tareas es enseñar a los estudiantes a convivir pacíficamente”.
ACN lleva décadas realizando proyectos en el país, pero desde la crisis financiera ha cuadruplicado su ayuda. La Fundación Pontificia ha puesto en marcha una ayuda a gran escala para otras 18 escuelas católicas del Líbano, con el fin de ayudar a afrontar la gran crisis económica que está desangrando a las instituciones sociales del país, especialmente a las vinculadas a la Iglesia católica.
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