La Iglesia en Nigeria celebra la liberación de los seminaristas secuestrados
«Con el corazón lleno de alegría, elevamos nuestras voces en una sinfonía de alabanzas al anunciar el regreso de nuestros tres seminaristas mayores»
ACN, Felipe D’Avillez.- «Corazones llenos de alegría» es una frase que traduce el espíritu de la Iglesia en Nigeria tras la liberación de tres jóvenes seminaristas secuestrados el pasado lunes.
En un mensaje enviado a Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), a última hora de la tarde del miércoles, el padre Emmanuel Uchechukwu Okolo, canciller de la diócesis católica de Kafanchan, anunció la buena noticia. «Con el corazón lleno de alegría, elevamos nuestras voces en una sinfonía de alabanzas al anunciar el regreso de nuestros tres seminaristas mayores, que fueron secuestrados por personas armadas».
«Apenas 48 horas después de su secuestro, nuestros queridos hermanos fueron liberados por sus secuestradores«, dice el sacerdote, antes de pedir a todos los sacerdotes celebrar misas de acción de gracias el jueves 14 de octubre.
Los seminaristas secuestrados son todos estudiantes de cuarto curso de teología del Seminario Mayor Cristo Rey. En el momento del ataque, poco después de las 19.20 horas, se encontraban en el lugar más de 130 seminaristas, junto con el rector y el personal. Seis personas resultaron heridas durante el ataque, pero están a salvo.
«Llevaremos con valentía la antorcha del Evangelio»
En otro mensaje enviado a Ayuda a la Iglesia Necesitada, el padre Emmanuel Faweh Kazah, director del Instituto Albertine y profesor del seminario donde fueron secuestrados los jóvenes, se muestra desafiante ante la persecución que sufren los cristianos en Nigeria.
«Nos golpearon, pero no nos venimos abajo. No nos dejaremos acobardar por las amenazas de los hombres y mujeres del hampa. Llevaremos con valentía la antorcha del Evangelio hasta los confines de la tierra, a pesar del aluvión de ataques contra la fe cristiana«.
Lento genocidio
Los cristianos están sometidos a una fuerte presión en Nigeria, y no sólo por el terror de Boko Haram en el norte. Por un lado, se está agravando la violencia a manos de la etnia musulmana mayoritaria, los fulanis, que aunque aparentemente está relacionada con los conflictos entre pastores y agricultores por la tierra, se ha convertido en una persecución en toda regla, según figuras de la Iglesia que hablan incluso de un «lento genocidio».
Por otra parte, la profunda crisis financiera del país ha llevado a muchas personas a la criminalidad, haciendo habituales los secuestros para pedir rescate, siendo la Iglesia un objetivo particular, a pesar de que la Conferencia Episcopal de Nigeria ha dejado muy claro que la Iglesia no paga rescates, los bandidos suponen que la institución tendrá medios para pagar la liberación de sus fieles.
Horas antes de la liberación de los tres seminaristas, este miércoles, el obispo Julius Kundi, de la diócesis de Kafanchan, celebró la misa inaugural del curso académico en el seminario donde se produjeron los secuestros y animó a los estudiantes a consolarse en la fe: «Una línea de los salmos me impactó recientemente en mi oración matutina. No teme las malas noticias: su corazón está firme, confiado en el Señor». Observen que Dios no promete que los justos no recibirán malas noticias. Las recibirán. Así es la vida en este valle de lágrimas. Pero los justos no tendrán miedo. ¿Pero qué es lo que hace que el corazón sea firme y estable? La fe en Dios. Es la ‘confianza en el Señor’ la que ancla nuestro corazón, impidiendo que sea arrastrado por las olas y el viento del miedo y la ansiedad. Necesitamos una fe fuerte para tener un corazón fuerte. Y necesitamos esa fuerza ahora más que nunca», afirmó el prelado.