» TESTIMONIO | LA IGLESIA EN TURQUÍA
Padre Andrea Santoro: una vocación que vale la vida
El 5 de febrero de 2006, la muerte sorprendió al P. Andrea. Él estaba orando en su iglesia de Santa María, en la localidad de Trebisonda, después de celebrar Misa. Recibió dos disparos por la espalda por parte de un joven de 16 años, al grito de “Alá es grande”.
Su hermana, Magdalena, contó que el P. Andrea siempre tuvo clara su vocación, desde los 12 años, y cuando finalmente entró en el seminario mayor, escribió una carta a su párroco diciendo:
“Mañana, finalmente partiré y me iré al lugar donde me prepararé para vivir la vocación de mi vida: el sacerdocio”.
En el año 2000 se fue voluntariamente a Turquía para cuidar de la pequeña comunidad católica de Trebisonda (Trabzon) como sacerdote. Durante su tiempo allí, se dedicaba a promover el diálogo entre cristianos y musulmanes. “Con su actitud, ayudaba a entenderse recíprocamente y a desarmar las lógicas de un muro contra otro muro”, dijo del P. Andrea el vicario apostólico de Anatolia, Mons. Paolo Bizzet.
La noticia de la muerte de Santoro fue un duro golpe, pero el cardenal Feroci no cae en la desesperación: “Creo en lo que decían nuestros antepasados, ‘La sangre de los mártires es la semilla del cristianismo’. Creo que el testimonio profundo de fe y la vida sacerdotal de Andrea, vivida con respeto y amor al prójimo, dará frutos de apertura, en el sentido de que las personas estarán más dispuestas a escuchar la Palabra de Dios y a servir a sus hermanos y hermanas».
› La importancia del diálogo interreligioso para el P. Andrea
El diálogo entre las religiones fue de gran importancia para el sacerdote asesinado: “En todas partes he experimentado interés y participación viva, así como un deseo sincero de comprender y forjar lazos de compañerismo”. Poco antes de su muerte, escribió: “A estas alturas, la pequeña comunidad cristiana en Trabzon se ha reunido todos los domingos por la mañana para celebrar la liturgia de la palabra. Dos veces por semana se ha abierto la iglesia a los musulmanes bajo la responsabilidad de una persona de confianza. […] La delicada luz de las velas ilumina la casa, mientras que con una lámpara apagada, todo permanece a oscuras. Que Jesús brille en nosotros, con su Palabra, con su Espíritu, con el poder de sus santos. Que nuestras vidas sean esa cera que voluntariamente se consume”.
› Los inicios del P. Andrea
El P. Andrea fue ordenado en Roma en 1970 y durante años hizo un fecundo trabajo como párroco en esta misma ciudad. Pero tenía un gran deseo de oración y de silencio, lo cual le llevó a tomarse un retiro en Tierra Santa por un tiempo, pues él solo deseaba estar donde Cristo vivió. Cuando regresó a Roma y vio todos los conflictos de la fe en Israel, quiso regresar y su obispo no se lo permitió. Un poco más de diez años después, pudo regresar a Israel a ser una luz de la fe. Aprovechó para visitar también Siria, Líbano y Turquía. Descubrió que Turquía, país al que él llamaba “Tierra de apóstoles”, y que fue patria de tantos fundadores de la Iglesia, estaba necesitada de testigos del Evangelio. En 2001 recibió el permiso de ser sacerdote en Turquía.
Turquía y Líbano son países de acogida de muchos refugiados sirios e iraquíes, muchos de ellos cristianos. Ayuda a la Iglesia Necesitada apoya, desde hace años, proyectos de emergencia para ayudarles.