Un año de la guerra de Gaza: los jóvenes cristianos de Tierra Santa se apoyan en la fe
En el último año, ACN ha financiado unos 40 proyectos en la región, con un importe total de 1,7 millones de euros
ACN, Filipe D’Avillez.- Un año después del ataque terrorista que desencadenó la actual guerra en Gaza, los jóvenes cristianos de Tierra Santa se sienten perdidos y sin esperanzas de volver algún día a la normalidad. Ellos se apoyan en la fe para tratar de seguir adelante. A su lado está la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), que en el último año ha incrementado su apoyo en esta región.
«En nuestra cultura no abandonamos la casa de nuestros padres antes de casarnos, así que los jóvenes siguen viviendo con sus padres. Yo quiero irme, pero no puedo hacerlo si no me caso. Y no puedo permitirme casarme porque, a mis 27 años, no puedo costear una casa propia», explica Raffi Ghattas, un periodista cristiano de la Juventud de la Patria de Jesús-Palestina (YJHP, por sus siglas en inglés). Esta organización, encargada de la pastoral juvenil, proporciona asistencia pastoral a los cristianos de Jerusalén y Cisjordania, y opera bajo la autorización del Patriarcado Latino de Jerusalén.
Cuando se les pregunta, todos los jóvenes cristianos coinciden en que sólo quieren volver a vivir como antes del 7 de octubre. Raffi, no obstante, explica que “antes de octubre vivíamos inmersos en nuestra rutina. La primera vez que me di cuenta de ello fue cuando, de niño, pasando unas vacaciones en Turquía, le pregunté al guía que dónde estaban los puestos de control. La gente aquí dice que hasta la guerra todo iba bien, pero no es cierto; simplemente estábamos acostumbrados a esa vida”, opina.
Cargar con la cruz en Cisjordania
La vida en Cisjordania entraña sus propios retos. Antes del 7 de octubre, 180.000 palestinos tenían permisos para ir a trabajar a Israel, pero casi todos fueron revocados tras el ataque contra Israel, Hasta ahora, sólo se han renovado 10.000, en su mayoría para médicos, enfermeras y algunos profesores que trabajan sobre todo en Jerusalén.
Durante un encuentro en Ain Arik, a las afueras de Ramala, con el grupo Juventud de la Patria de Jesús (YJHP), Shaheen cuenta a ACN que solía ganar unos 120 dólares diarios trabajando como herrero en Israel, mientras que ahora, cuando tiene suerte, gana la décima parte trabajando en Cisjordania. Ghadeer, una joven que trabaja para la Autoridad Palestina (AP), gana sólo medio sueldo cada tres meses porque Israel está reteniendo los fondos de aduanas y el IVA que suele transferir a la AP.
El encuentro con la YJHP tiene lugar en un edificio abandonado donde, con la ayuda de ACN, la Iglesia planea construir un nuevo centro juvenil. El grupo lo dirige el P. Louis, un carismático y joven sacerdote jordano que ha insuflado nueva vida a la pastoral juvenil local. “Tuvimos algunas dificultades a la hora de dar con un lugar adecuado para los campamentos de verano, los retiros espirituales y los estudios bíblicos. Este es un buen lugar, neutral, tranquilo, alejado de la ciudad y, además, situado en el centro de Cisjordania, lo que lo hace accesible a todos”, explica a ACN. En medio de las dificultades, los miembros de la YJHP consideran que su misión reside en mantener y reforzar la conexión de los cristianos que quedan en la región con su fe.
Israelíes que no se sienten integrados
Muchos de los problemas que afrontan los cristianos en Cisjordania y Jerusalén se deben al hecho de no tener derecho a la ciudadanía israelí. En otros casos, aún teniendo la nacionalidad, los cristianos se sienten ciudadanos de segunda categoría. Por ejemplo, los bautizados de lengua árabe de la región de Galilea. “Israel es una sociedad muy secular e individualista, muy centrada en los bienes materiales y en el éxito”, afirma Mons. Rafic Nahra, vicario patriarcal latino para Israel, residente en Nazaret, Galilea.
Con el apoyo de ACN, la Iglesia se esfuerza en crear un centro para jóvenes, para acompañarlos e inculcarles valores de los que carece la sociedad. El P. Ramez Twal, que dirige la pastoral juvenil en Haifa, explica que, al principio, la gente era reacia a asistir a los actos pero que, con el tiempo, la Iglesia ha sabido ganárselos. “De 2022 a 2024, hemos atraído con nuestros actos a más de 1.000 personas, lo cual está muy bien. Gracias a ACN ofrecemos un curso de Liderazgo, Comunicación y Resolución de conflictos, el primero en Galilea”.
Después del 7 de octubre, muchos árabes israelíes que antes se sentían perfectamente integrados en la sociedad se encontraron con que, de repente, los miraban con recelo. “La guerra ha provocado más segregación y discriminación. Los palestinos de Galilea solían sentirse israelíes, pero ahora se sienten ciudadanos de segunda clase. Necesitan un lugar donde reforzar su identidad. Su identidad cristiana es débil y su identidad nacional es confusa: no pueden decir que son palestinos ni pueden decir que son israelíes después de lo ocurrido”, explica el P. Twal.
Apoyo de ACN en el último año
ACN ha incrementado su apoyo a los cristianos de Tierra Santa tras el ataque del 7 de octubre y el comienzo de la guerra. A sabiendas de que sin jóvenes no habrá futuro para la comunidad cristiana en la tierra de Jesús, la fundación pontificia prioriza iniciativas que contribuyan a infundir esperanzas a esta población, a través de la educación y la creación de empleo o sencillamente ayudando a fortalecer su identidad mediante la formación en la fe. En el último año, ACN ha financiado unos 40 proyectos para Tierra Santa, con un importe total de 1,7 millones de euros.
Buena parte de esta ayuda se ha destinado a sostener los programas humanitarios dirigidos por el Patriarcado Latino de Jerusalén. ACN ha aportado 740.000 euros para apoyar el suministro de alimentos, agua y medicinas, así como otras necesidades urgentes. En octubre de 2023, se envió una primera ayuda de emergencia de 190.000 euros para familias cristianas de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este. También se ha apoyado con 250.000 euros programas de prácticas, creación de empleo y apoyo a empresas para cristianos en Cisjordania, y la misma cantidad ha sido destinada a trabajos sociales y apoyo para empleos en Gaza en la primera mitad de 2024.