Asia continental alberga naciones que sufren algunas de las peores violaciones de la libertad religiosa del mundo. Dentro de Asia Oriental, el Sudeste Asiático y el subcontinente indio, los países que han sufrido las restricciones religiosas más graves durante el período estudiado en este informe han sido China, la India, Nepal, Corea del Norte, Vietnam y Myanmar.
En China, sus 1400 millones de habitantes siguen sufriendo las restricciones más graves a la libertad religiosa desde la Revolución Cultural. El Partido Comunista Chino (PCCh), empeñado en llevar a cabo su campaña de «sinicización» de la religión (exigiendo que todas las religiones se adhieran a la ideología, doctrina y enseñanzas del Partido Comunista Chino), reanudó su intensa represión contra las comunidades religiosas. Entre las herramientas utilizadas para rastrear y detener a sus ciudadanos —minorías étnicas y religiosas incluidas—, se cuentan tecnologías de vigilancia de vanguardia, destacando los aproximadamente 540 millones de cámaras de circuito cerrado de televisión distribuidas por todo el país (muchas de ellas con capacidad de reconocimiento facial), cada vez más perfeccionadas. Aunque todos los grupos religiosos han denunciado una presión creciente, la población musulmana uigur sigue sufriendo una persecución intensa, enfrentándose a detenciones por prácticas religiosas y al cierre y destrucción de mezquitas. Se calcula que al menos un millón de uigures están recluidos en campos de detención y unos 880 000 niños musulmanes han sido separados de sus padres; también se han denunciado campañas de abortos forzados y esterilización. China también ha continuado con sus amenazas de invadir Taiwán, hasta el punto de que en agosto de 2022, tras la visita a Taiwán de la ex presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, China realizó simulacros de guerra con fuego real. Si se produjera una invasión, el destino de los cristianos taiwaneses sería motivo de gran preocupación.
La India, como China, también tiene 1400 millones de habitantes y es la mayor democracia del mundo. Gobernada por el partido nacionalista hindú Bharatiya Janata Party (BJP), el Gobierno propugna que la identidad nacional y cultural de la India son esencialmente hindúes. Las libertades de las minorías religiosas, especialmente de los cristianos y los musulmanes, se ven gravemente menoscabadas, y sobre todo la práctica de la conversión religiosa y el sacrificio de vacas acarrean graves consecuencias. El BJP también apoya las restricciones a la libertad religiosa a través de las Leyes de Libertad Religiosa (o leyes anticonversión). Se trata de leyes estatales concebidas para regular las conversiones a religiones distintas a la hindú supuestamente realizadas por medios forzosos y fraudulentos. En la actualidad, 12 estados indios han aprobado o están considerando aprobar estas leyes. Los más recientes son el estado de Karnataka, en el sur, que en septiembre de 2022 ratificó una ley anticonversión, y Uttarakhand, que en noviembre de 2022 reforzó sus leyes introduciendo una pena de diez años de cárcel para quienes sean declarados culpables de participar en conversiones religiosas forzadas. Nepal, país vecino de mayoría hindú, ha copiado la represión de las minorías de la India mediante la introducción de estrictas leyes anticonversión al aprobar recientemente una Constitución y un Código Penal que prohíben el proselitismo y marginan a las comunidades y organizaciones no hindúes. Preocupa el ascenso del partido nacionalista hindú Rastriya Prajatantra Party (RPP), que pretende restablecer Nepal como Estado hindú. Los datos de la India, Nepal y otros países de esta región sugieren que el nacionalismo étnico religioso sigue siendo un patrón peligroso en Asia continental.
Otros Gobiernos autoritarios de Asia continental que también reprimen la libertad religiosa mediante un brutal control religioso son los de Corea del Norte, Vietnam y Laos. Corea del Norte, reconocida como la nación más aislada del mundo, tiene uno de los peores historiales del mundo en materia de derechos humanos y aparece repetidamente documentado como el país donde los grupos religiosos sufren una «persecución extrema». El sistema songbun de Corea del Norte clasifica a los ciudadanos según su lealtad al Estado. Las personas que creen en religiones quedan clasificadas automáticamente como «hostiles» y «se les somete a una fuerte represión». En Vietnam, los cristianos hmong y montagnard siguen sufriendo discriminación por parte del sistema, además de persecución, y los cristianos de Laos también se enfrentan a ataques de turbas y a exigencias de las autoridades de que denuncien su fe, y sufren graves consecuencias si se niegan.
En Asia continental también hay muchos países de mayoría budista, en particular Myanmar, Sri Lanka y Tailandia. El golpe militar del 1 de febrero de 2021 en Myanmar dio lugar a un período de intensa represión de los derechos humanos, incluida la libertad de religión. Impulsados en parte por una ideología nacionalista étnico religiosa, desde el inicio del golpe se destruyeron al menos 132 iglesias y edificios religiosos. Además, se produjo un aumento significativo de la incitación al odio contra los musulmanes y de la violencia antimusulmana, a lo que se sumó el genocidio de los rohinyás. Aprovechando el caos creado por la grave crisis política y económica, las organizaciones nacionalistas budistas de Sri Lanka son cada vez más numerosas, extremistas y poderosas. Estos grupos, que consideran que los no budistas de cualquier etnia y tradición religiosa (musulmanes, hindúes y cristianos) constituyen una amenaza existencial para el budismo, provocan una respuesta extremista entre las comunidades minoritarias musulmanas e hindúes que amenaza con destruir la identidad nacional común de Sri Lanka. Tailandia sigue sufriendo conflictos en las provincias fronterizas del sur, impulsados especialmente por el movimiento separatista islámico Barisan Revolusi Nasional (BRN). En el período estudiado en este informe se han producido varios ataques y, aunque se ha intentado alcanzar numerosas treguas, siguen pendientes el alto el fuego y las negociaciones.
Los recientes acontecimientos, así como la persistencia de conflictos pasados, demuestran que la región sigue siendo inestable y presenta una importante persecución religiosa. Gobiernos especialmente autoritarios, nacionalismos étnico-religiosos cada vez más profundos (que incluyen leyes anticonversión y legislación discriminatoria), el extremismo islámico y una importante escalada de la persecución de las minorías religiosas siguen empeorando y empañando cualquier perspectiva de libertad religiosa en la región.
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Ayuda a la Iglesia Necesitada a nivel internacional edita este informe donde se analiza el grado de cumplimiento del derecho a la libertad religiosa en 196 países del mundo y para todas las religiones.
El Informe de Libertad Religiosa en el Mundo se basa en múltiples fuentes y casos ilustrativos con el objetivo de arrojar luz sobre la naturaleza y la gravedad de las vulneraciones de la libertad religiosa. Está realizado por autores y expertos independientes, equipos de investigación en universidades y/o centros de estudios de distintos continentes. Cada uno de ellos se dedica a las relaciones internacionales y durante los dos últimos años, han analizado cada país del mundo siguiendo parámetros objetivos y metodología precisa.
Se edita desde 1999, consta de más de 700 páginas, y está disponible en 6 idiomas: alemán, español, francés, inglés, italiano y portugués.