Análisis por regiones

Países de la OSCE*

Roger Kiska | ACN Internacional

*Las asignaciones regionales se definen no solo por convención geográfica, sino también por el enfoque que comparten sobre la libertad religiosa y otros derechos fundamentales

Los países miembros de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) suelen dividirse en «al este de Viena» y «al oeste de Viena». También se la ha descrito como una organización que se extiende «de Vancouver a Vladivostok», frase que señala no solo la dispersión geográfica de los Estados participantes, sino también la amplia gama de etnias, religiones y estructuras políticas que engloba.

La OSCE está formada por 57 países, entre ellos Estados Unidos, Canadá, Europa (UE, EEE, Reino Unido y Suiza), todos los antiguos países soviéticos de Europa del Este, el Cáucaso y Asia Central.

Aunque la pertenencia a la OSCE conlleva principalmente el compromiso de promover y proteger la democracia y los derechos humanos, y cada país cuenta con alguna forma de protección constitucional de la libertad religiosa, la aplicación real (y el respeto social) de este derecho varía enormemente de unos a otros. La OSCE mantiene una de las mejores bases de datos del mundo sobre delitos motivados por el odio.

La guerra en Ucrania

El 24 de febrero de 2022, la Federación Rusa invadió Ucrania. La guerra continúa en el momento de redactar este informe. El 16 de marzo de 2022, el Comité de Ministros del Consejo de Europa votó a favor de expulsar a la Federación Rusa de la organización intergubernamental. El 16 de septiembre de 2022, la Federación Rusa dejó de ser parte en el Convenio Europeo de Derechos Humanos, lo que significa que ya no está sujeta a la jurisdicción del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. El Consejo de Europa informó de que 2129 sentencias y decisiones aún no habían sido aplicadas plenamente por Rusia y seguían pendientes del Comité de Ministros. No obstante, Rusia sigue siendo miembro de la OSCE.

Delitos de odio contra musulmanes

Durante el período examinado han continuado las muestras de un sentimiento antimusulmán en muchas regiones de los estados miembros. Entre los delitos motivados por el odio se cuentan agresiones violentas a personas, amenazas en línea en las redes sociales y ataques contra edificios religiosos. Sobre todo, las mujeres musulmanas han sido víctimas de acoso, insultos despectivos y violencia, a menudo en lugares públicos, debido a su vestimenta. Como ejemplo cabe citar la agresión contra una musulmana embarazada de siete meses en una estación cercana a Florencia (Italia) por un hombre que le arrancó el burka y la sacó del tren, a ella y a su hijo de once años, a empujones.

Delitos de odio contra los cristianos

La mayor parte de los delitos de odio anticristianos se han manifestado en forma de ataques contra líderes religiosos y fieles, o de vandalismo y profanación de lugares de culto. Se han producido en varios países europeos tradicionalmente cristianos, como Francia, España y Austria (cf. los respectivos informes nacionales). Francia quedó conmocionada en agosto de 2021 por el asesinato de un sacerdote católico de 61 años, el padre Olivier Maire, asesinado en Saint-Laurent-sur-Sèvre. En Francia los edificios religiosos han sido objeto de ataques tan frecuentes que, en febrero de 2022, el Ministerio del Interior prometió aumentar los fondos destinados a la seguridad de las iglesias católicas tras una serie de atentados, como los perpetrados en la catedral de Saint-Denis, a las afueras de París (ventanas y puertas destrozadas), en Bondy y Romainville, en la región parisina (robo y profanación del sagrario en ambos casos), en Vitry-sur-Seine (profanación y robo), en Poitiers (estatuas de santos destruidas) y en Paray-le-Monial (robo de reliquias).

En España y Austria, entre los delitos de odio se cuentan agresiones violentas contra personal religioso y fieles, pintadas insultantes en iglesias católicas, ortodoxas y evangélicas, profanación de sagrarios y actos vandálicos, como la decapitación de estatuas católicas, y el incendio de una iglesia.

Antisemitismo

La omnipresencia del antisemitismo en la región de la OSCE sigue siendo preocupante (cf. respectivos informes nacionales). Los delitos de odio antisemita denunciados en los países de la OSCE aumentaron de 582 en 2019 a 1367 en 2021. Alemania experimentó un fuerte aumento del antisemitismo, con 582 delitos de odio denunciados en 2019 y 1357 en 2021, lo que llevó al Gobierno a crear una nueva estrategia nacional para combatir el problema. Alemania, sin embargo, no es la única que sufre este problema; Austria ha presenciado un fuerte aumento de los ataques antisemitas, en Francia los ataques contra personas y propiedades judías aumentaron bruscamente, y en Escandinavia el Movimiento de Resistencia Nórdica ha seguido cometiendo graves actos de antisemitismo.

Radicalización del islam en Asia Central

El auge del islam extremista, acentuado tras la toma del poder en Afganistán por los talibanes, ha causado gran inquietud en la región, donde los Gobiernos han endurecido la normativa por temor a la radicalización. En Uzbekistán, las autoridades han introducido mayores controles sobre la expresión religiosa, entre ellos la obligación de las comunidades, musulmanas y no musulmanas, de instalar cámaras de vigilancia dentro y fuera de sus locales, el nombramiento de clérigos gubernamentales para supervisar el contenido de los sermones musulmanes; además, la policía afeita la barba de los sospechosos de extremismo. En Tayikistán, el Gobierno incrementó la persecución de personas sospechosas de pertenecer a grupos extremistas musulmanes prohibidos y añadió un nuevo artículo al código penal que castiga la formación religiosa no aprobada. A pesar de la obligación del Estado de luchar contra el extremismo, los observadores internacionales han manifestado su preocupación por las implicaciones para la libertad religiosa del lenguaje vagamente definido de las recientes leyes antiterroristas (cf. los respectivos informes nacionales).

Relaciones étnico religiosas

En los Balcanes, cada etnia está vinculada a una religión concreta, por lo que las discordias entre grupos étnicos rivales involucran también a la religión. En Bosnia y Herzegovina, por ejemplo, la mayor parte de los ciudadanos se identifican con uno de los tres principales grupos étnicos del país: croatas católicos, serbios ortodoxos y bosnios musulmanes. La Comisión Europea informó de que en 2021 se registraron 134 incidentes de odio por motivos étnicos, y se dictaron ocho condenas. También se presentaron 70 denuncias por incitación al odio en 2021, con 11 sentencias, en las que se dictaron ocho condenas. Ese mismo año, el Consejo de Prensa y Medios En Línea recibió 1073 denuncias por incitación al odio en internet.

En Chipre, se puede afirmar que las tensiones étnico religiosas se perpetúan a través de la formación religiosa. En las escuelas grecochipriotas, la educación religiosa hace hincapié en la tradición ortodoxa griega y la identidad griega, mientras que en las escuelas turcochipriotas se centra en la tradición suní y la identidad turca.

Por el contrario, en Albania, donde la identidad religiosa también está muy dividida en función de la etnia, la tolerancia religiosa entre la comunidad islámica y las Iglesias ortodoxa y católica sigue siendo uno de los pilares centrales de la estabilidad de la sociedad albanesa.

Discurso de odio y discurso obligatorio

Uno de los ámbitos en el que se está incrementando la tensión, especialmente prevalente entre los Estados miembros de la OSCE «al oeste de Viena», es la complicada interacción entre la lucha contra el discurso dirigido a degradar, marginar o poner en peligro a grupos de personas por las características que los identifican, a menudo denominado discurso del odio, y la censura o el castigo a lo que tradicionalmente se consideraría libertad de expresión. Parte del problema radica en la definición relativamente vaga de lo que se entiende por incitación al odio.

Finlandia es un ejemplo representativo de lo difícil que puede resultar esta interacción. Las autoridades finlandesas notificaron a la OSCE 2567 incidentes de odio en los años 2020-2021, una estadística llamativa entre los Estados de la OSCE para una nación con poco más de 5,5 millones de habitantes. Sin embargo, algunos de los casos que las autoridades han considerado de odio plantean serias dudas sobre si está en riesgo la libertad de manifestar opiniones religiosas sobre cuestiones morales y culturales delicadas. El procesamiento de la diputada finlandesa Päivi Räsänen por citar públicamente la Biblia es un ejemplo perfecto de ello.

Cuando las autoridades regulan el lenguaje para satisfacer el sentimiento popular, se plantea un desafío aún mayor a la libertad religiosa y de conciencia. Como ya se ha comentado, en Canadá, a finales de diciembre de 2020, el Tribunal Supremo de la Columbia Británica emitió la Directiva sobre Prácticas n.º 59 que «aconseja a las partes y a sus abogados que, cuando se presenten ante el tribunal, indiquen sus “pronombres correctos”». El resultado, en la práctica, puede equivaler a la adhesión forzosa a la creencia en la identidad de género. En el Reino Unido, la negativa a adherirse a las nuevas normas culturales relativas a los pronombres deseados ha creado un posible impedimento para ejercer una profesión. El Ministerio de Trabajo y Pensiones despidió al Dr. David Mackereth de su trabajo como evaluador de discapacidad por sugerir durante su formación que no podía, por una cuestión de creencias y conciencia cristianas, utilizar pronombres de afirmación transgénero con posibles usuarios de los servicios. Recientemente ha perdido el recurso ante el Tribunal de Apelación Laboral. Otro caso es el de un profesor cristiano de Inglaterra que se enfrenta a la prohibición de ejercer la docencia de por vida por parte de su colegio profesional, por haber utilizado un lenguaje inapropiado con un alumno durante una tarea de clase.

Aborto

El ámbito del aborto se ha vuelto especialmente polémico durante el período estudiado en este informe. En Estados Unidos, tras la filtración de la sentencia del caso Dobbs contra Jackson, que anulaba el caso Roe contra Wade, cientos de iglesias fueron víctimas de ataques a sus propiedades. En Suecia, dos matronas perdieron el juicio ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos después de que se les hubiera negado el puesto de matrona por su objeción de conciencia al aborto. En el Reino Unido ha aumentado la legislación sobre zonas de seguridad en torno a las clínicas abortistas, en las que está prohibido manifestarse de forma pacífica, asesorar en la acera o rezar en silencio.

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